CARTA ABIERTA A LA PRESIDENTA MICHELLE BACHELET JERIA, EN REPUDIO A LA IMPUNIDAD DEL ASESINATO DE MI HIJO MATIAS CATRILEO QUEZADA.
SRA .MICHELLE BACHELET JERIA
Presidenta de la República de Chile Michelle: Mujer, madre, ¿¿compañera?? de lucha contra la dictadura de Pinochet.
¿Por qué permitió que Carabineros de Chile matara a mi hijo? A Matías Valentín Catrileo, estudiante de 23 años, amante de la vida y de la liberación de su querido wallmapu. Le dieron un tiro mortal el 3 de Enero del presente año en Vilcún.
¡Siento que merezco una explicación!
A 6 meses del asesinato de Matías, creo que ha habido tiempo suficiente para poner atención a los acontecimientos y demandas del pueblo mapuche. Para Matías hasta ahora solo hay impunidad.
Como madre siento que, al dispararle a mi muchacho, también desgarraron parte de mis entrañas y a nadie de su gobierno le importó. Por el contrario a días de su muerte nos “lanzaron la Represión, al más puro estilo dictatorial.
No puedo dejar de recordar- y sentirme como muchos- traicionada, ya que ha sido traicionada la lucha que junto a varios de su gobierno, dimos para derrotar al entonces dictador.
Recuerdo: Plebiscito: ¡Vamos a decir que NO¡, ”para que nunca más se cometan las atroces violaciones a los Derechos Humanos”, “CHILE: La alegría ¿¿ya viene??”, abrazos con el triunfo del NO, nuevas ESPERANZAS de que se abrirían la anchas Alamedas para que transitaran junto con otros y otras: Alex Lemún, Rodrigo Cisternas, Johnny Cariqueo, Claudia López, y mi amado Matías Catrileo Quezada: LIBRES.
¿Qué pasó? ¿Qué tenemos hoy en esta pseudo-democracia consolidada?
-Una sociedad donde cada vez más los grandes grupos económicos tienen el PODER y en los hechos, se observa que el derecho a la propiedad privada tiene más valor que el sagrado Derecho a la VIDA.
- Un Gobierno que NO escucha las demandas del pueblo.
- Un Estado que PERMITE, el ejercicio de una REPRESION desmedida y descontrolada.
-Un territorio en que las hermanas y hermanos mapuche han sido injustamente detenidos, perseguidos y asesinados por Defender su ancestral patrimonio. Sus tierras se encuentran invadidas por Empresas Forestales y otros proyectos “rentables” que rompen con la cosmovisión y hábitos de vida que ha tenido el pueblo nación mapuche por cientos de años.
Al ver y compartir con sus peñi y lamngen todo esto, Matías se conmovió, decidió luchar contra la indignidad y ayudar a sentar las bases para recuperar la autonomía como pueblo que puede autogestionarse. Mi hijo, por su justa lucha fue exterminado. ¿Dónde está el ocuparse de la deuda histórica que Chile tiene con los pueblos originarios? De eso nada, al revés, sólo acciones de abuso de poder para AMEDRENTARNOS.
Sin embargo, sabrá usted que, del DOLOR, una se FORTALECE y usaré toda la energía que transmute para, junto a muchos y muchas, continuar denunciando el actuar represivo y luchar contra toda injusticia.
Han podido asesinar y apresar a nuestros hijos e hijas, pero los IDEALES son inmortales y pronto la gente perderá el miedo, y luchará cada vez con más fuerzas por sus justas causas.
Como ser humano, como ser social conciente, y desde luego como madre, es mi deber ético y moral exigir justicia y cambios. Por lo cual, le solicito formalmente que instruya a las autoridades pertinentes, que tomen las medidas necesarias y suficientes para que en forma urgente:
1.- Se ponga FIN a la REPRESION –cruel y despiadada que se ejerce contra el Pueblo Mapuche y no Mapuche; no más tortura física ni psicológica.
2.-Se tomen cartas concretas para asegurar un Debido Proceso en el caso de Matías y así el Sr. Fiscal pueda acusar al asesino de mi hijo.
3.-Se ordene retirar el exagerado contingente de Fuerzas Especiales de la policía, en las denominadas zonas en conflicto-Wallmapu.
4.-Respetar a cabalidad los tratados y acuerdos Internacionales en relación a los Pueblos Originarios.
En Síntesis: EXIJO se respete el DERECHO A LA VIDA, que no debería estar supeditado al Estado ni al Poder Económico.
En sus manos está, Sra. Bachelet poner remedio a estas situaciones; y en su conciencia quedara su actuar.
Mónica Quezada Merino